DOLOR EN LAS COSTILLAS
El dolor en las costillas o dolor costal, es un motivo relativamente frecuente de consulta. Por la zona de dolor, es una molestia que preocupa especialmente a pacientes que refieren no haber sufrido ningún traumatismo y sienten dolor en las costillas, a la altura del pecho cuando respiran. Afortunadamente en la gran mayoría de casos, ese dolor no tiene que ver con su mayor preocupación, sufrir un problema cardiaco.
Causas de dolor en las costillas
Son muchas las causas que pueden provocar dolor en la zona costal. Generalmente, si el dolor costal se debe a un traumatismo, es posible que hayamos sufrido una fractura o fisura en las costillas. Si el dolor lo ha desencadenado un esfuerzo, o gestos y posturas repetitivas, puede ser debido a una lesión en la musculatura o ligamentos intercostales, o a una costocondritis, es decir, una inflamación del cartílago. Si el dolor ha aparecido sin causa aparente, podría tener relación con un problema cardiaco, hepático, un herpes etc.. Por lo que siempre es recomendable acudir a un profesional para que pueda evaluar el problema.
¿Qué es una fractura de costilla?
Una fractura es cuando un hueso se rompe y sufre una pérdida total de su continuidad. Las fracturas habitualmente se producen por un traumatismo, pero también pueden ser de origen no traumático, como por ejemplo las fracturas por estrés o por pérdida de densidad ósea. Existen muchos tipos de fracturas, y el pronostico y plazos de recuperación van a depender del tipo de fractura.
¿Qué es una fisura de costilla?
Se denomina fisura cuando un hueso se agrieta o se rompe parcialmente, es decir, no pierde su continuidad ni hay separación de fragmentos óseos. Las fisuras tienen mucho mejor pronóstico que las fracturas.
Diferencia entre fractura y fisura de costilla
La diferencia entre una fractura y una fisura es que en la fractura hay una pérdida de la continuidad del hueso y por lo tanto una separación del hueso. Por el contrario, en la fisura no existe separación de ningún fragmento óseo.
En cuanto a la sintomatología, además de un dolor más intenso, una fractura provoca una importante impotencia funcional, es decir, incapacidad para mover el hueso fracturado. Al contrario, en las fisuras generalmente si que tenemos la capacidad de movilizarlo.
Tiempo de baja laboral por una fractura de costilla
Generalmente una fractura de costilla necesitas unas 6 semanas para consolidar correctamente. Este tiempo puede variar en función del tipo de fractura y si hay alguna otra estructura afectada. En función de las labores que desempeñe en su vida privada y nivel de actividad física que requiera el paciente, el tiempo de baja se puede ver reducido ya que normalmente a las 3-4 semanas el hueso ya ha formado callo externo y nos permitirá realizar muchas actividades sin molestias.
Tratamiento de una fractura o fisura de costilla
Normalmente las fracturas de costilla curan por si solas. No se suelen aplicar ningún tipo de yeso de corsé. Con un tratamiento farmacológico y hielo para aliviar el dolor los primeros días y reposo relativo evitando grandes esfuerzos, la fractura consolida por si sola. Pasados los primeros días, una vez disminuya el dolor, deberemos ir incorporando progresivamente actividades de la vida diaria. Siempre es recomendable acudir a un fisioterapeuta que pueda asesorarnos y guiarnos en el proceso. Medidas de higiene postural, consejos y pautas para nuestras actividades diarias como higiene personal, acostarnos y levantarnos de la cama, que actividades puedo o no puedo hacer, así como la progresión para ir incorporando actividades y ejercicios son algunas de las pautas que nos puede facilitar el fisioterapeuta y que nos ayudarán a llevar mejor el proceso.
¿Se puede pasear con una costilla rota?
Si, caminar no es una contraindicación para pacientes con una costilla rota siempre que el dolor lo permita. En fracturas o fisuras costales se recomienda reposo relativo en función del dolor. Los primeros días en los que el dolor es más agudo requerirán de mayor reposo, una vez el dolor vaya disminuyendo, deberemos ir incorporando actividades de la vida diaria, así actividad física de baja intensidad. Acciones como incorporarnos, estornudar o toser si que serán más dolorosas. Caminar no solo no debería de molestar, sino que nos beneficiará.